La paz es posible si es una necesidad de la ciudadanía y los actores, líderes y lideresas somos capaces de resistir golpes y superar los obstáculos con optimismo a toda prueba. Luego del atentado contra el Acuerdo expresado con el retorno al ayer de Iván Márquez y los suyos, esta Semana por la Paz y los Derechos Humanos en el Atrio de los Gentiles nos mostró cuán hondo es lo construido y la fortalezas para resistir las heridas.
Las voces testimoniales y el abrazo de reconciliación entre el general® Rafael Colón y los excomandantes de las Farc Pastor Álape y de las Autodefensas Unidas de Colombia -AUC – Alcides Mattos, la presencia y voz de las víctimas y el abrazo a sus victimarios clarifica cómo el amor a la vida y a la patria vence el odio acumulado, el mañana compartido al ayer conflictivo, el país posible a los cotidianos crímenes y rencores que, desde orillas diferentes, atizan la desconfianza y agreden lo acordado.
Sabias son las palabras del padre Francisco de Roux: “debemos ser promotores de la reconciliación, capaces de ponernos en los zapatos de otros, de comprender desde qué preocupaciones angustias y dolores nos están hablando y a su vez de presentar nuestras preocupaciones y sensibilidades sin producir nuevas exacerbaciones de odio”.
Pero para algunos dueños del poder solo hay una horma: el odio, y es la del jefe de quien gobierna. Cuando respetar e implementar lo acordado es esencial, el llamado del expresidente es aprovechar la disidencia de Márquez y Santrich para humillar: indultar y acabar la constitucionalidad de lo acordado, lo que es patético e irrespetuoso con los del Sí y los del No que queremos paz. Difícil realidad para Duque obligado a cumplir con una balanza torcida.
El fracaso de las objeciones tendría que servir no para retaliar sino viabilizar las 16 curules de las circunscripciones transitorias de Paz y demás desarrollos del amplio paquete legislativo que involucra la voluntad de los poderes públicos, las Farc, de los partidos y hasta del Centro Democrático, introducidas algunas conductas luego de la victoria del No.
Hay una nueva Colombia pluralista que quiere derrotar la muerte e implementar transformaciones como la Reforma Rural Integral. De ello y los blindajes del Acuerdo también nos hablaron en el Atrio Juan Fernando Cristo y Guillermo Rivera, exministros de Interior que lideraron la construcción de esa nueva arquitectura institucional: la Justicia Especial para la Paz -JEP, el monopolio de las armas, el estatuto de la oposición y que letra a letra las verificaron, incluso, los que volvieron a las armas e hicieron “Disparos a la Paz”, título de su libro que presentamos y recomiendo leer.
Al igual que la dirigencia y la base guerrillera de las Farc que no admite desandar lo logrado, en el Atrio 10 aspirantes a la Alcaldía de Cartagena y dos a la Gobernación de Bolívar, con claridad plena, se comprometieron a defender la paz y los derechos humanos. ¡Para la guerra nada!
119 total views, 119 views today