Ante testigos de la Personería y de la Contraloría Distrital de Cartagena, que parecieron actuar más como cómplices que como representantes de la ciudadanía se dio este miércoles 13 y jueves 14 de noviembre por parte de la Alcaldía de Cartagena y Corvivienda un no muy claro sorteo de unos subsidios para la compra de vivienda por parte de personas pobres de la ciudad.
El evento, realizado en el Centro Recreacional “Napoleón Perea” y que aparenta ser un gesto de nobleza y de altruismo del alcalde Pedrito Pereira y la directora de Corvivienda, Erika Barrios, ha dado la impresión de no ser muy claro que digamos, y digo que da la impresión porque hay muchas quejas y cuestionamientos alrededor de él, y de esto dan fe muchos decepcionados ciudadanos como Otilia Payares, una señora de 65 años que convive con su esposo, de 79, y con su minusválida hija de 26, a quien le han pedido y ha aportado toda una montaña de papeles y documentos para ser beneficiaria, sin poder lograrlo hasta ahora.
Pero contrario a lo que le sucede a esta desilusionada señora Otilia Payares, se sabe que con estos subsidios son beneficiadas personas propietarias de varias viviendas, y que, además, son las mismas en cada uno de estos injustos y absurdos sorteos que hace la Alcaldía de Cartagena.
También se sabe que en estos cuestionados sorteos de subsidios para compra de viviendas o los sorteos de otorgamiento de viviendas han salido favorecidas personas de una misma familia que viviendo bajo el mismo techo padre, madre e hijos, a cada uno de ellos, en sorteos pasados, han sido beneficiadas con entrega de subsidios, casas, y sabiéndose además que la tal familia es reconocida como propietaria de buses, carros, y además, todos sus integrantes gozan de un muy buen empleo en la ciudad.
Finalmente, con este injusto sorteo de subsidios que se aparta del derecho constitucional a la vivienda, la equidad y la justicia social, la alcaldía de Cartagena se burla de los pobres necesitados de vivienda, sometiendo su precariedad a la suerte de una balota; y además, escondiendo el verdadero significado de este tal subsidio el cual no es más que un albur, ya que el mismo es solo una de las tres partes requeridas para poder ser propietario de una vivienda, las cuales son, el aporte personal de dinero y la aprobación de un crédito hipotecario por parte de una entidad bancaria.
Así las cosas, el manejo politiquero de los subsidios de vivienda por parte de la Alcaldía, y Corvivienda, no ha cesado. Esperemos que pasará en el próximo gobierno con este estilo corrupto: Mientas tanto se seguirá jugando con la necesidad de los cartageneros pobres.
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