Se desmadró el paro por eso no marché, sino que brindé mi apoyo al gobierno de Iván Duque. Marchar era dejar abierta la hendija para que actuaran los violentos bajo un aparente manto de legalidad.
Y de hecho pasó. Se sienten autorizados para lo que realmente no están. Hay más de uno emocionado – como si fuera un juego- con el caos que aún no es total, pero van ganando terreno para serlo.
El paro y sus violentas manifestaciones no ha acabado. Por el contrario, apenas comienza. Se está cocinando un gran incendio y por confiado y valentón se cogió al gobierno desprevenido. El primer error que comete Iván Duque, es menospreciar la capacidad de reacción y aburrimiento de los militares y nombrarle a Carlos Holmes, por ser su amigacho, sin más argumentos y listo. Grave error que si no corrige inmediatamente nos pondrá a lamentar a todos.
El palo no está para cuchara, improvisaciones ni aprendices. Por mucho que sea el presidente quien lleve las riendas de las decisiones militares, es obvio que el interlocutor válido 24 horas con la fuerza pública es el Ministro de Defensa.
Si no hay un Ministro de Defensa con ascendencia sobre ellos y que sepa del tema por experiencia, la brecha para que eso se rompa es muy grande y el hilo muy delgado.
El tema no es de poca monta, ni se puede subvalorar como un simple nombramiento. No es así. La transcendencia es mayor de lo que se cree y con candela no se juega.
Vivir de la tradicional fortaleza de las instituciones colombianas es igualmente otro error. Se debe actuar planteando el más caótico escenario, de manera que la sorpresa sea un elemento descartable.
No soy yo quien deba siquiera sugerir un ministro de defensa, que en esta crisis es más fundamental de lo que se puede estimar; pero ante la imposibilidad de que sea Álvaro Uribe Vélez, por ser senador y la necesidad de actuar inmediatamente, la llamada a tomar las riendas podría ser la vicepresidenta Marta Lucia Ramírez, quien tiene más experiencia que Holmes en el cargo y la misma investidura vicepresidencial le proporciona ascendencia de interlocución y mando sobre la fuerza pública. Además del ingrediente de fidelidad al presidente y a las instituciones.
Presidente Duque, el paro y la intentona de desestabilización no se ha acabado, ni el control absoluto existe. La demora es que se extienda a lo más recóndito del país.
Vendrá dinero de Venezuela y es la gasolina para la llama que aquí está encendida. No es extraño ni descabellado que hasta Putin aporte. Mientras Trump, piensa en primero América y sus elecciones.
Para defender y preservar la democracia, a veces hay que tomar medidas antidemocráticas y si una de ellas es bloquear el twitter de Petro y la izquierda ( denunciándolo masivamente ante twitter) no lo dude, que eso no va a reventar el país y si puede evitar que ellos ayuden a reventarlo.
Presidente Duque, usted afronta esta crisis con setenta por ciento de imagen desfavorable. Eso es mortal. Permanecer en el poder, dependerá de lo pronto y acertado que usted actúe y no desprecie lo que está pasando.
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