¿Es oro todo lo que brilla? la conocida y obvia respuesta a la pregunta basada en el refrán es, no; y no lo es, como lo afirma la frase, que “no todo lo que brilla es oro”, porque con la misma se nos enseña que hay cosas que creemos o nos hacen creer que son buenas y extraordinarias cuando a la verdad es que la mayor parte de las veces no lo son tanto, y, por el contrario, son cosas que entrañan o esconden engaños o carencias.
Nuevamente, en estos Juegos Nacionales, los gobernantes, y quienes dicen ser los dirigentes del deporte en Bolívar, le asestan sin escrúpulo alguno otra herida mortal al fomento y a la formación de nuevas figuras en estas actividades del músculo, pasando por encima y sin ningún reparo sobre este principio fundamental.
No le viene, ni le ha venido bien al departamento de Bolívar el engañoso modelo de “importar” deportistas de altos logros formados en otros departamentos como lo ha venido haciendo el actual gobernador de Bolívar, Dumek Turbay Paz, desde la época en que para desgracia del deporte bolivarense comenzó a ejercer como gerente de Iderbol, el ente departamental al que llegó para quedarse con engaños y componendas deportivas, de gobierno, políticas y administrativas.
“Importar” deportistas de otras regiones de Colombia no es nada indebido ni tampoco es nada ilícito, pero cabrá preguntase, ¿convendrá hacerlo? ¿y dónde queda entonces el objetivo primordial de los entes deportivos sobre el fomento de las diversas disciplinas deportivas y la promoción de nuevas figuras? Son preguntas que quedan sin respuesta, por lo menos, mientras siga el señor Turbay manejando asuntos deportivos en el departamento de Bolívar.
No es que el logro deportivo de Bolívar en estos Juegos Nacionales sea muy significativo que digamos como ha querido presentarlo el señor gobernador Turbay engañando a una parte de la ciudadanía; y no lo es, porque si bien superó la meta de lograr cincuenta medallas de oro, frente a las 36 alcanzadas en los del 2015, las 57 preseas doradas alcanzadas distan 108 de las 165 logradas por el campeón Valle del Cauca; 91 del que quedó en segundo lugar, Antioquia, con 148; y 48 del que quedó en tercer lugar, Bogotá; por lo tanto, es como dicen, “consuelo de tontos”.
Ahora, si bien la delegación deportiva de Bolívar en estos Juegos Nacionales de 2019 superó en 21 medallas de oro a las 36 logradas en los siniestrados Juegos de 2015, las tales 36 preseas doradas que dijo Dumek haber alcanzado en este año, las obtuvo con 17 deportistas de origen bolivarense y 19 foráneos, o mejor con 19 deportistas a los que se les llama “deportistas mercenarios”, que vienen por un pago; o también “deportistas golondrinas”, porque llegan y se van.
Pero si a estos XXI Juegos Deportivos Nacionales, los de la mascota “Cartacho”, los de “La Chechi” y Dumek, hay que cargársele glosas en su organización, en su en las fallas de su inauguración, al inconformismo del voluntariado, al criticado estado de las pistas, y al “endulzamiento” de algunos medios; a la delegación de Bolívar, el anfitrión, hay que cargarle las vergonzosas glosas de haber alcanzado 33 de las 57 medallas doradas, o sea, el 58 por ciento, con deportistas traídos de otras regiones del país; y sólo 24 de ellas, logradas con deportistas bolivarenses.
Así, definitivamente, y sin temor a equivocarnos, podemos decir que el señor Dumek Turbay se ha ganado la medalla de oro por haber enterrado el fomento al deporte bolivarense.
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