El 21 de noviembre se recordará como el inicio del proceso en que liderados por el Comité Nacional del Paro (CNP), los trabajadores y más de 300 organizaciones y 56 congresistas, el país plural inconforme, marchando en paz y por la paz, obligó al gobierno a escuchar a la sociedad civil, dialogar y cambiar el rumbo.
A la oferta del presidente de “Conversación Nacional”, el CNP con el paro, las marchas y los cacelorazos activos, exige Diálogo Eficaz, una mesa plural y diversa que garantíce participación de los jóvenes, los defensores de la paz; todos los sectores ser escuchados y escuchar, y con grandeza concertar la superación de los conflictos.
Que antes del monólogo presidencial, con reglas claras, se debata sobre las propuestas de la sociedad civil. Además de las reformas sociales que contrarresten la desigualdad, explore revivir las conversaciones con el ELN y no seguir adjetivando la paz con “legalidad”, porque el Acuerdo suscrito no es ilegal y es de obligatorio cumplimiento.
Hacer la reforma política y electoral aprovechando un Congreso que ha oído la voz plural del CNP. Se exige eficiencia contra la corrupción y una política de seguridad que desmilitarice la acción violenta contra la ciudadanía, el cese al asesinato de los líderes sociales.
La exigencia de reconocer los derechos de la Naturaleza abrió el espacio al llamado de los ambientalistas a Palacio y demostró que “lo ambiental se convirtió en el principal activo del país”.
Asistieron los ambientalistas integrados por tres generaciones. En el encuentro de 6 horas, primero el gobierno habló de su política de transición energética, incentivos de movilidad eléctrica, economía circular, consejo de lucha contra la deforestación, Pacto de Leticia, diálogo en los territorios.
Luego con moderación de Brigitte Baptiste y Germán Andrade, participaron Alegría Fonseca, Julio Carrizosa, Margarita Marino, Manuel Rodríguez, la segunda generación de Guzmán Hennessey, Pacheco y Ruiz, y los nuevos líderes como Prieto, Santiago, García, entre otros. Se discutió sobre la aspersión con glifosato, la deforestación, la minería en Santurbán y la Colosa, el respeto a las consultas populares y los líderes sociales. Al abordar el tema de la evaluación de los pilotos como limitación, el grupo de Colombia libre de Fracking se retiró. Los más de 50 ambientalistas presentes solicitaron a Duque que a 2 días de la COP 25 en Madrid, firme el Acuerdo de Escazú que brinda protección obligatoria a los defensores ambientales, participación ciudadana, acceso a la información y a la justicia en materia ambiental. Ante la evidente crisis, se reiteró que como ya lo está haciendo Europa, sería procedente declarar la emergencia climática y ambiental y que se negocie también regionalmente. La reunión es resultado de la protesta social, no hay división.
Cuando la lucha de los trabajadores trasciende la búsqueda de ingresos en pliegos de peticiones, y su capacidad organizativa pone a caminar, la sociedad se oxigena y la democracia se engrandece.
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