Un solitario turista mexicano, seducido por la noche cartagenera, cayó en las manos de una ‘dama de compañía’ que lo drogó y lo despojó de sus pertenencias.
Drogado deambuló por las calles del barrio Manga. Incluso, el joven viajero perdió el vuelo de regreso a su nación.
«Policías del CAI del barrio Manga, adscritos al cuadrante, se sorprendieron durante la madrugada al ver a un joven deambulando sin rumbo por las calles y aparentemente bajo efectos del alcohol o drogas», narró el general Nicolás Zapata, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena.
En Cartgena ‘Damas de compañía’ drogaron, robaron y dejaron a turista mexicano deambulando con prendas femeninas por el barrio manga. #NoAlTurismoDeExplotacionSexual @ELTIEMPO @ColombiaET @PoliciaColombia @daulaw @AlcaldiaCTG pic.twitter.com/qhR8nUXYuO
— John (@PilotodeCometas) September 8, 2022
Cuando los uniformados abordaron al joven, descubrieron que portaba prendas femeninas y que se trataba de un ciudadano mexicano con aparentes síntomas de intoxicación.
De inmediato, el viajero fue trasladado a un centro asistencial por los uniformados y gracias a un brazalete que portaba en una de sus muñecas fue identificado el hotel donde se alojaba.
Una vez allí, llegaron funcionarios del Centro Regulador de Urgencias (Crue).
El turista narró a las autoridades que había contratado los servicios de una dama de compañía. El joven mexicano contó que fue en el sector de Manga donde se dio el encuentro. El resto de la historia se borró de su cabeza.
Según las autoridades, habrían sido varias horas las que permaneció el joven drogado porque incluso perdió el vuelo de retorno a su país de origen.
“Ya son 47 casos denunciados en los cuales ‘damas de compañía’ terminan afectando a turistas de esta manera”, señaló el comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, Nicolás Zapata.
Las autoridades recuerdan que el Centro Histórico y sus alrededores están plagados de bandas delincuenciales que utilizan mujeres jóvenes, bellas (muchas veces extranjeras), para atraer turistas que son drogados y finalmente son reducidos por criminales que hurtan las pertenencias.
FUENTE EL TIEMPO