La medida del Ejército de sacar a más de 700 soldados que habían cumplido 20 años de servicio, antes de que pudieran completar la capacitación necesaria para la transición a la vida civil, ha generado una gran indignación entre la tropa y sus familias.
Los soldados afectados aseguran que la medida fue arbitraria y que les ha dejado sin opciones para reintegrarse a la sociedad. Muchos de ellos se sienten abandonados por el Ejército y han perdido la confianza en sus líderes.
Además, los soldados señalan que siempre han sido humillados por los superiores de la institución, y que esta medida es solo una muestra más de la falta de consideración y respeto hacia ellos. Según ellos, el Ejército no está haciendo lo suficiente por proteger sus derechos y garantizar su bienestar.
Los testimonios de los soldados afectados son desgarradores. Muchos de ellos han pasado años en la guerra, arriesgando sus vidas por el país, y ahora se sienten abandonados por la institución que una vez juraron defender.
La situación ha llevado a la desmoralización de la tropa y ha generado una profunda sensación de injusticia entre los afectados.
Los soldados piden apoyo psicológico y ayuda para ser productivos en su nueva vida civil.
Muchos de ellos han perdido sus trabajos y se encuentran en una situación de incertidumbre y desesperanza. Sin embargo, a pesar de las dificultades, algunos de los soldados afectados han encontrado la fuerza para seguir adelante y están buscando maneras de reconstruir sus vidas.
En resumen, la medida del Ejército de sacar a más de 700 soldados antes de que pudieran completar la capacitación necesaria para la transición a la vida civil ha generado una gran indignación y ha dejado a muchos soldados en una situación difícil.
Los testimonios de los soldados afectados muestran la necesidad de proteger los derechos y garantizar el bienestar de la tropa, y de reconocer el sacrificio y el valor de aquellos que han servido al país.
Fuentes: Semana