El Gobierno de Joe Biden ha dado un paso más en su política migratoria
Con el objetivo de fomentar la inmigración legal y reducir la inmigración ilegal en Estados Unidos. Ante la expiración del título 42 el próximo 11 de mayo, que permite la devolución rápida de inmigrantes, el Gobierno teme un aumento en el flujo migratorio en la frontera con México.
Como respuesta, el Gobierno ha establecido nuevas medidas para fortalecer los controles migratorios y abrir más vías legales de inmigración. Entre las medidas anunciadas, se han establecido centros en países de Centro y Sudamérica para procesar las solicitudes de inmigración legal, eliminando la dependencia de los traficantes de personas. Estos centros procesarán entre 5.000 y 6.000 solicitudes cada mes.
El secretario de Seguridad Interior Alejandro Mayorkas
ha destacado la importancia de eliminar a los traficantes de personas del proceso migratorio y ha subrayado que el Gobierno está construyendo nuevas vías para que la gente llegue a Estados Unidos legalmente. Sin embargo, también ha enfatizado que habrá consecuencias para aquellos que emigren de manera irregular.
A pesar de estas medidas, varios cargos de la Administración han advertido que el fin del título 42 no significa que la frontera esté abierta. De hecho, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha anunciado la movilización de grupos especiales de la Guardia Nacional para contener el flujo migratorio que, según sus estimaciones, podría llegar hasta 18.000 cruces ilegales por día.
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La inmigración ha sido uno de los ejes del debate político en Estados Unidos, con los republicanos acusando al Gobierno de una «invasión» en la frontera con México y tratando de identificar a los inmigrantes con la delincuencia. A pesar de esto, el Gobierno de Biden ha enfatizado la necesidad de inmigrantes para cubrir los puestos de trabajo vacantes en Estados Unidos.
El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado medidas para fomentar la inmigración legal y reducir la inmigración ilegal en el país, ante la expiración del título 42. Estas medidas incluyen la creación de centros en países de Centro y Sudamérica para procesar las solicitudes de inmigración legal y fortalecer los controles migratorios. Aunque las autoridades han advertido que la frontera no estará abierta, la inmigración sigue siendo un tema candente en el debate político en Estados Unidos.