Alejandra Guzmán está atravesando un momento muy difícil tras la muerte de su madre, la icónica actriz Silvia Pinal, pero ha decidido honrar su memoria de una manera muy especial.
En una emotiva entrevista con «Despierta América», Guzmán confesó que aunque extraña profundamente a su madre, encuentra consuelo en saber que ahora está en paz. Un momento significativo que compartieron antes de su partida fue el reencuentro de Guzmán con su hija Frida Sofía, lo que sin duda fue un regalo invaluable en esos últimos días.
Diamante de cenizas
Después de un homenaje conmovedor en el Palacio de Bellas Artes, los restos de Silvia fueron cremados y sus cenizas se encuentran en su hogar en el Pedregal. Durante una misa, se bendijeron las cenizas, que ahora reposan en una hermosa urna con forma de corazón, simbolizando la eternidad y la esencia de la actriz. Mientras se decide el destino final de las cenizas, Alejandra tuvo una idea única: mandó a hacer un diamante con los restos de su madre.
«Yo mandé a hacer un diamantito, de sus huesos, fíjate, sacan fósforo, tres elementos y con ellos forman un diamante; el diamante tiene un color especial porque cada uno somos únicos», compartió. Para ella, tener un pedacito de su mamá en forma de diamante es algo muy significativo.
La cantante ve la muerte como un renacimiento, un viaje hacia un lugar donde se es libre y se está libre de todo dolor. «Yo la veo con Viri, con Titi, hermana de Frida», expresó, recordando que la enseñanza más valiosa de su madre es dar lo mejor de uno mismo en el escenario y poner el alma en cada presentación.
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