Una carrera de 60 años que marcó generaciones
Margalida Castro celebró seis décadas de carrera artística, dejando huella en televisión, teatro y cine. Entre sus interpretaciones más memorables se encuentran personajes icónicos como Sussy Borda de Lavalle en Gallito Ramírez, Doña Custodia en Dulce Ave Negra y La Tía Chavela en Yo Amo a Paquita Gallego. Más recientemente, destacó en producciones como Chepe Fortuna, donde dio vida a Úrsula Lacouture, y La Tía Alison, donde encarnó a Carmenza.
Castro fue reconocida por su entrega total a cada uno de sus personajes, regalando interpretaciones inolvidables que resonaron en los corazones de los colombianos. Su legado no solo se limitó a la actuación, sino que también incluyó su labor como escritora, arquitecta y flautista. Además, Serrato recordó su fervor religioso y su incansable labor de llevar «la palabra de Dios y el amor por la Virgen y los Santos a donde fuera».
«Hoy despedimos aplaudiendo de pie a esta orgullosa santandereana, que fue premiada, ovacionada y respetada en nuestro país», escribió Serrato en su homenaje. En sus palabras, reconoció el impacto cultural de Castro y su amor por la vida, que agradeció hasta su último aliento.
Margalida deja un legado imborrable en las artes y una huella profunda en quienes tuvieron el privilegio de conocerla. A sus hijas Carla y Gina Perozzo, así como al resto de su familia en Colombia y Chile, se les extienden las más sinceras condolencias.
«Te despedimos con infinita gratitud y admiración, mi Monirri del alma, mi gran y única Margalida Castro», concluyó Serrato. El teatro y la televisión colombiana hoy están de luto, pero su legado continuará inspirando a futuras generaciones.