El proceso es sencillo: se ajustan atributos como pasión, paz o crecimiento, representados como lunas sobre un arcoíris para generar un remix único. Una vez terminado, el clip se integra en una galería comunitaria y puede descargarse como video o imagen.
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Esta experiencia no solo permite a los fans ser parte del proceso creativo, sino que también les da la oportunidad de explorar nuevas formas de conectar con la música. Según los creadores, cada remix es único gracias a la tecnología de inteligencia artificial de Azure, que analiza el contexto emocional de los videoclips y los ensambla dinámicamente.
La colaboración también incluye la posibilidad de chatear con Microsoft Copilot sobre el álbum, la película o cualquier tema relacionado con Coldplay, ampliando aún más la interacción entre los seguidores y la banda.
Además, Microsoft trabajó con Pixel Lab, un estudio con sede en Seattle, para diseñar esta experiencia inmersiva que redefine cómo los artistas pueden usar la IA para potenciar su creatividad y mejorar la relación con sus fans.
Con este proyecto, Coldplay no solo ofrece música, sino también una experiencia tecnológica que demuestra cómo la IA puede transformar la manera en que se interactuar con el arte.