Diversos medios de comunicación, así como centros educativos de medio y superior nivel, y también organizaciones gremiales, sociales y cívicas vienen convocando a los candidatos, especialmente a los que aspiran a las alcaldías, a unos vacuos y triviales eventos a los que erradamente llaman debates.
Dichos debates, por lo que hemos visto y oído no son más que una sesión de preguntas y respuestas que no encajan en el concepto clásico y acertado de esta herramienta que junto con el foro, el panel, el simposio, la conferencia, la mesa redonda constituyen las llamadas técnicas de comunicación grupal.
El debate está concebido como una de las técnicas de comunicación grupal donde dos o más expositores, convocados, guardándose respeto entre sí, y ante un director, un secretario y un moderador del evento dan a conocer sus opiniones sobre un determinado tema; por lo tanto, queda más que claro que los realizados hasta ahora con los candidatos a las alcaldías, como la de Cartagena, son unos debates chuecos que se reducen a una simple e insulsa sesión de preguntas y respuestas con los expositores.
Ahora, los llamados debates realizados hasta ahora con los que aspiran a gobernar la ciudad de Cartagena tampoco se ajustan al concepto clásico y técnico del debate, entre otras cosas, porque entre algunos de los expositores, en este caso los candidatos, empleando vocabulario grosero, procaz y vulgar han violado la norma de guardar respeto especialmente con los organizadores del evento pero mucho más con el público asistente.
En estos eventos de campañas políticas se le ha oído decir de manera grotesca al politólogo, ex alcalde encargado de Cartagena y alto funcionario de la Presidencia de la República, Sergio Alfonso Londoño Zurek, como “…un mierdero…” lo que le había dejado Manolo Duque, su antecesor en la alcaldía, cuando se refiere al encargo que le hizo su jefe Juan Manuel Santos, el presidente.
Pero este mismo Sergio, el hoy candidato, es el mismo que ya despidiéndose de su encargo como alcalde y a través de un video nos dejó para el recuerdo la vulgar alocución dirigida, según él, a los corruptos, a los que le dijo “…se van joder…”
Pero William Dautt Chamat, el veedor y candidato a la alcaldía de Cartagena no se queda atrás con su repetido vocablo de “Malandrín”, el que teniendo a flor de labios, enrostra de manera recurrente a los corruptos y a las organizaciones criminales de la política en Cartagena y Bolívar, no faltándole razón en su decir, pero que en aras del respeto en el debate es mejor abstenerse de decirlo, porque acudiendo a Las Escrituras, en ellas se dice que“…todo me es lícito, mas no todo conviene…”
Pero algo muy curioso viene ocurriendo en Cartagena con esto a lo que mal llaman debates, y son dos particularidades; una de ellas es la referida a la no asistencia por parte del candidato que está marcando muy favorablemente en la intención de votos, quizás por creerse sobrado; o quizás, porque sus asesores le han recomendado no arriesgar lo que ha logrado en las encuestas.
La otra particularidad de estos eventos va por cuenta de los organizadores, y es la exclusión que hacen de los candidatos, que, según ellos, no tienen ninguna posibilidad de salir elegidos. Lo cual, ni lo uno ni lo otro compartimos.
Finalmente, en cualquier evento al que se convoque a candidatos políticos, sus respuestas, por naturaleza obvia, no podrán ser otra cosa que dulces respuestas que llevan la solución a todos los problemas de la ciudad. Son los chuecos debates.
222 total views, 222 views today